Estar al frente de la administración de un país no resulta tarea sencilla por la responsabilidad y la presión que dicha labor conlleva. A la falta de tranquilidad política que ha experimentado Alberto Fernández en este año por la frenética interna que mantiene puertas adentro del Frente de Todos (FdT) con la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, su estado de salud activó las alarmas en medio su participación en el G20, en Indonesia.

“Alberto Ángel Fernández padeció un episodio de hipotensión y mareos. Por tal motivo se decidió realizar los estudios de diagnóstico de rigor a fin de preservar su salud y evitar complicaciones”, informó el primer parte médico que se difundió desde Bali con la firma del doctor Federico Saavedra, a cargo de la Unidad Médica Presidencial.

La hipotensión se trata de un cuadro de presión arterial excesivamente baja, y se manifiesta en las personas con sensaciones de pesadez y cansancio o fatiga. Entre sus síntomas más característicos se incluye la visión borrosa, mareo o inestabilidad. En un adulto promedio, las cifras normales de tensión arterial son de: tensión sistólica o máxima 120 mmHg y tensión diastólica o mínima de 80 mmHg. Así, por encima de 140 en la máxima y de 95 en la mínima se consideran cifras de hipertensión arterial, mientras que por debajo de 100 mmHg en la máxima y de 60 mmHg en la mínima se consideran cifras de hipotensión arterial.

Ante la presión baja, el corazón, el cerebro y otras partes vitales del cuerpo no reciben la suficiente sangre y esto se manifiesta especialmente en algunas situaciones como cambios posturales (cuando la sangre tiende a almacenarse en los territorios más distales del organismo) y en algunas circunstancias ambientales (sobre todo con una temperatura elevada -debido a unas pérdidas de líquido más abundantes) o personales (en estados de debilidad más intensa debido a procesos carenciales o enfermedades, o cuando la dieta no aporte una cantidad suficiente de líquidos o minerales).

Con el correr de las horas, el cuadro sanitario presentó dificultades y por esto se decidió internarlo. “Alberto Ángel Fernández fue evaluado médicamente, se diagnóstico una gastritis erosiva con signos de sangrado, recibió el tratamiento médico adecuado encontrándose en buen estado de salud y reanudando sus actividades con control médico”, puntualizó el segundo parte emitido desde la nación asiática

Es por esto, que el regreso a la Argentina en el día de ayer trajo alivio al entorno presidencial porque aquí tendrá a su alcance todas las condiciones sanitarias para afrontar la recuperación de su enfermedad. En los pasillos de Casa Rosada se escuchó que el cuadro de salud que sufrió el mandatario fue más grave de lo que se comunicó y eso generó una real preocupación por su situación. Incluso, Cristina Kirchner se comunicó telefónicamente con su compañero de fórmula para interiorizarse sobre su salud.

Sobre su salud, Fernández aseguró que se encuentra “en franca recuperación, siguiendo los cuidados y controles indicados”. Pero detalló además que este problema lo aqueja desde hace años aunque “nunca se había manifestado con el sangrado”.

En relación a este cuadro, el médico especialista Edgardo Smecuol, integrante de la Sociedad Argentina de Gastroenterología precisó que la gastritis erosiva significa una afección de la mucosa interna del estómago. “Ese revestimiento es esencial porque funciona como una barrera que defiende al órgano de agresiones como suele ser, por ejemplo, la acidez. Cuando esa membrana se inflama se genera entonces la gastritis. Es erosiva cuando se producen microlesiones en ese revestimiento”, detalló el médico. Las causas frecuentes de gastritis erosiva son medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, estrés y acidez, puntualizó La Nación.